No me digas, que ya sé

Escénicas / 2017 Bienalista: Matías Prieto Peccia, Mariel Velez y Vanesa Butera

Lola posee un don: puede ver eventos del futuro. Vive con Pedro, su pareja (“Obertura”). La obra comienza con la separación de ambos (“No digas nada”). Laureano (mejor amigo de Lola, hermano de Pedro), cinéfilo y soñador, insiste en que Lola tiene un “Superpoder”, decide ayudarla a encontrar el interruptor para manejarlo (“Más Normal”). Lola decide salir a andar en bicicleta, con una música que le recuerda a Pedro (“No mires adelante”) . Lola y Laureano comienzan un serie de intentos (“Hipnosis”) que llevan a Lola a pensarse a si misma (“Misterio del Universo”). En éste transito evidenciamos que Laureano esta enamorado de Lola. Lola recuerda un hecho que marcó el vínculo con su madre (Cora) y su don para siempre (“Decile a mami”). Al darse por vencidos, suena el timbre y por primera vez Lola no sabe va a pasar. Aparece Berta (“Presentación de Berta”) una niña de 10 años que vende rifas para juntar dinero para su muestra de Patín. Lola y Laureano intentan investigar a Berta. Los días con Berta suceden y mientras la conexión entre madre e hija se rompe (“La Torre”) la de Berta y Lola crece (“Jilgueritas”). Paralelamente Pedro acude a Cora para que lo ayude (“Canción de Cora y Pedro”) y pide otra oportunidad a Lola (“Pedro reprise”). Lola descubre que Berta cumple años y decide hacerle una fiesta sorpresa, Berta nunca llega. (“No la veo venir”). Desilusionada, Lola llama a Pedro. Vuelven a estar juntos. Podemos ver a la pareja inmersa otra vez en la rutina. Lola recupera las visiones (“Final Radio”). Finalmente Lola descubre que no quiere saber todo lo que va a, se acepta y sale esperanzada al encuentro con Laureano. Es a él a quien realmente ama.

Tutores: Pablo Gorlero, Joaquín Bonet y Martín Bianchedi.

 

 

 

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