"Ser artista hoy es una construcción colectiva"
08 abril 2016Inauguramos #EntreBienalistas, una nueva sección para la #ComunidadBienal, en donde buscamos un diálogo de bienalistas hacia nuevos caminos.
Julieta Barderi y Carlos Cima son los primeros participantes de este nuevo formato a desarrollar durante 2016.
Inauguramos #EntreBienalistas, una nueva sección para la #ComunidadBienal, en donde buscamos un diálogo de bienalistas para conducir hacia nuevos caminos.
Julieta Barderi y Carlos Cima son los primeros participantes de este nuevo formato a desarrollar durante 2016. Julieta Barderi es profesora de pintura de la Escuela Superior de Artes Visuales Regina Pacis. Obtuvo numerosos premios y expuso en varias muestras colectivas en Buenos Aires. Carlos Cima actualmente cursa la Licenciatura en Artes Visuales con orientación en pintura en el IUNA. Fue seleccionado en la Bienal Federal de Inversores en 2013.
Ambos participaron en la Bienal Arte Joven 2013 y 2015.
SER UN ARTISTA HOY
Julieta Barderi: Para mi ser artista, en general tiene que ver con darle valor y forma a las cosas que están dando vueltas y se perciben pero no es posible traducirlas en otros lenguajes o recién cuando nos encontramos con obras de arte nos damos cuantas que somos capaces de sentir o pensar.
Carlos Cima: Es mantener una relación con determinadas inquietudes que se nos presentan, cosas a resolver que aparecen en cualquier persona, con la salvedad de aprovechar aquellas situaciones y convertirlas en algo. Un producto por ejemplo.
JB: Creo que ser un artista hoy es ser parte de una construcción colectiva de una representación simbólica de nuestra sociedad actual. Hoy en día no se piensa en un artista como un proyecto individual; es necesario estar en contacto con una idea de interacción, conexión, trazado de redes y vínculos.
CC: Para mí es estar atento a lo que sucede tanto en el campo del arte desde su autonomía, como funciona, que representa y como se desarrolla. Así como también ser atentos de lo que nos rodea, ya que es el material que mencioné anteriormente.
SOBRE GUSTOS Y COLEGAS
CC: Me gusta mucho la obra de Jorge Macchi, sobre todo sus acuarelas y sus oleos. A Guillermo Kuitca lo admiro profundamente. La obra de Pablo Siquier por obligación terminó gustándome mucho. Eduardo Stupía también. Y me estoy olvidando de un montón.
JB: ¡Coincidimos bastante! No entiendo mucho eso de Siquier. Me gusta mucho Nahuel Vecino, Villar Rojas, Máximo Pedraza, Charly Nijensohn, Luciana Lamothe, Henán Salamanco, Matías Duville, Elba Bairon
CC: Por mi oficio, tiendo a tener predilección por los pintores, Julieta se encuentra entre ellos, es una pintora muy sanguínea. Siempre hablamos de que nuestro trabajo se lleva muy bien y podríamos hacer una muestra interesante juntos. De algún modo nos acercamos a temas similares.
JB: ¡Deberíamos hacer algo juntos! También conocí lo de Cinthia de Levie y Joaquín Boz en la Bienal de 2013. No los conozco mucho ni soy amiga pero vengo viendo lo que hacen y me parece muy interesante. En verdad están más cercanos en edad que los artistas que nombré antes, nada más... Me gusta mucho lo que hace San Poggio; también Agustín Gonzalez Goytía. Me acuerdo hace como dos años vi una muestra en Big Sur de Josefina Labourt, me encantó. Me gustaría conocer más de Luciana Rondolini. Hay un montón de cosas copadas.
CC: La muestra de Francis Alys en el Malba el año pasado me pareció tremenda. También recuerdo mucho una muestra de Jorge Macchi en Ruth Benzacar en el 2014, “Memoria externa” y una muestra de Romulo Maccio en la Fundación Klem, “Momentos”, con algunas salvedades me pareció una demostración de pintura increíble.
JB: Me gustó mucho “Nieva adentro” - de Roman Vitali en Ruth Benzacar. No me acuerdo en qué año la vi, puede ser 2011, por ahí. Ah! Otra que me acuerdo mucho en Benzacar también, cuando estaba en Florida, es la de Marina de Caro “Turista en un agujero negro”. Y la de Sebastián Gordín “Un extraño efecto en el cielo” en Mamba, 2014. Ahora quiero ir a ver la de Ana Gallardo antes de que cierre!
CC: ¿De dónde sacás cosas para producir?
JB: Algunos acontecimientos históricos, las guerras, hechos sociales, la realidad. Cosas que me conmueven de un modo particular. Ahora todo el asunto de los refugiados es tremendo. No sé muy bien cómo, pero algún aspecto de la religión cristiana. La estética de las iglesias. Los ritos, las ilustraciones medievales. La propaganda política de siglo XX. Las pinturas de los primeros cristianos en las catacumbas. Algún viaje, experiencias personales. Sentirme lejos en Rusia. La ciudad de Praga, Berlín.
CC: Mis fuentes generalmente son iconográficas, no recurro casi a otra cosa que no sean imágenes, suelo trabajar con un archivo fotográfico de mí familia, o bien de imágenes que me resulten interesantes de abordar, que me encuentro en internet. De la idea del infierno. De la idea preconcebida del disfrute. De robarle ideas o resoluciones a grandes maestros, no se puede hacer obra sin robar un poco. De las ganas de que mi trabajo se pueda visualizar, del egocentrismo quizás. ¿De qué habla tu pintura?
JB: UUUff. Siempre es difícil este tipo de preguntas. O más bien este tipo de respuestas… En mis trabajos me interesa que esté presente una sensación de cerca-lejos. No sé muy bien cómo explicar esto … pienso en situaciones atroces que involucran a la figura del hombre: por ejemplo como decía antes en las ilustraciones medievales, no sé si es el modo en que está representado o las escenas de tortura que muestran; me hace percibirlo como algo lejano y desconocido. Entonces cuando algo familiar y conocido se vuelve desconocido todo se vuelve raro y me resulta siniestro. Y de un modo contrario; se revela lo siniestro al reconocer la herencia humana en ese hombre atroz. ES un poco confuso… Lo que trato de hacer en los dibujos o en las pinturas es otorgarle al hombre una extrañeza que lo vuelva una figura lejana. De algún modo quiero que en mis trabajos se perciba tensión, algo movilizante e inquietante, contundente pero indefinido.
En tus pinturas hay imágenes y títulos que remiten a las celebraciones, las fiestas…pero todo está cargado de drama y tragedia … ¿cómo es esa relación?
CC: Sí, es una relación un poco buscada, no así el drama. Los temas que elijo quizás se contraponen con la intención de la obra. Pero el drama o cierta cercanía con la tragedia es más bien una consecuencia, en ese caso creo que mis imágenes no son del todo densas, que la oscuridad que presentan no es tenebrista, más bien la siento una oscuridad, o densidad, bastante cómoda y reconfortante. Las veo con un espíritu más curioso, quizás más romántico.
JB: Está muy presente en tus imágenes la escena familiar ¿Te interesa que tu obra sea autorreferencial?
CC: Esta es una pregunta que también me hago yo. Sí, la imagen de escenas familiares me resulta interesante y por eso la utilizo, pero el tema que sea o no mí familia no creo que sea una problemática. De hecho a la hora de trabajar las siento muy ajenas. Como interesarme no me preocupa que sea o no autorreferencial, creo que hay cosas de las que no me puedo escapar y sí aparecen, y de echo lo puede llegar a percibir alguien que me conoce, pero yo no. Desde aproximadamente dos años me encuentro trabajando la idea de generar una representación climática ajena a la situación representada. Por un accionar mismo de la pintura y el recurrir a climas cada vez más densos empecé a traducir mis imágenes como representaciones del infierno, un infierno, cualquier infierno, presente en cualquier situación, en cualquier cosa. Mí imagen es siempre referencial, por eso trabajo a partir de algún disparador físico como puede ser una foto, al trabajar sobre una imagen ya establecida me permito tener otras preocupaciones que escapan a la configuración de la misma. Últimamente me encuentro tratando temas celebratorios, cumpleaños, bautismos, navidades, sacramentos. Plantear el festejo como un lugar de prueba, de manoseo, dominio, etc. Tomo lo festivo como aquella obligación de bienestar y por supuesto la actitud celebratoria de la pintura misma.
JB: ¿Te preocupa que tu obra esté o no dentro del arte contemporáneo?
CC: Sí, me apena decirlo, pero es un tema que me inquieta. No siempre, por supuesto, pero si una preocupación por hacer algo con cierta vigencia. De todas formas es algo que sucede en los momentos de reflexión, no a la hora de trabajar, intento pasarla bien cuando lo hago.
JB: No sé si mi trabajo responde principalmente a las problemáticas del arte contemporáneo como un movimiento con características propias definidas pero lo que me preocupa de verdad es que la obra y el modo de encarar el trabajo no sean forzados.
CC: Al ver tu trabajo siempre lo percibo de un modo sensitivo: los títulos remiten a un método de tortura, y las figuras siempre se presentan agobiadas, pero en tu proceso pictórico me encuentro con tiempo. Denotan una cantidad de horas en cuanto procedimiento … ¿no es acá que la referencia se pierde y es una acción un poco más mecánica? ¿Cuánto de disfrute hay en esto? Y en el caso de que lo haya, ¿cómo es tu relación con el tema? Digo, al abordar algo tan denso … ¿en qué punto afecta o es más bien una reflexión a sangre fría?
JB: Está bueno eso que decís del tiempo en el proceso pictórico. Hay ciertos temas y cosas que uno a la hora de trabajar tiene presente como algo hacia dónde ir. A mí me sirve que haya algo del espíritu de tal cosa o tal lugar… o tener en cuenta la sensación que me producen algunas cosas. Pero son simplemente fuentes, lugares para visitar, cosas en qué pensar, si se quiere un punto de partida, un disparador. No me interesa representar alguna temática en particular. Uno podría guiarse por el título de la obra. Yo llamé a todas mis pinturas “La Cabra” como vos decías, que es el nombre de un método de tortura que se utilizó en la Edad Media. Me pareció un nombre enigmático y es una forma de traer algo de las cosas que uno investiga o le llaman la atención. No quiere decir que sea una representación de eso que se nombra. Es como un elemento más, como una pista, una cuota de algo, un elemento más de la obra… En definitiva lo que a mí me interesa desarrollar es una idea o algo a través de la pintura y todo lo que pueda surgir de ahí. Por eso me parce muy bueno que lo percibas de un modo sensitivo y que te haga pensar más en el tiempo y en las horas de trabajo, que en un tema en particular. Totalmente, como decís durante el proceso la referencia se pierde y me concentro en lo que pueda pasar con la pintura. A mí me gusta que esa idea de tiempo de trabajo se vea en la obra. De algún modo si yo quiero que mi pintura sea movilizante y potente y cargada y densa; las capas de pintura y los distintos momentos por los que pasa el trabajo son una manera de “cargarlo”. Cargarlo de material, de tiempo, de trabajo, de posibilidades, de sentido…
Podría ser, como decís vos más una reflexión a sangre fría. Yo no me siento involucrada en la obra, no me interesa aparecer de algún modo. Trato de que la obra funcione como un dispositivo para poner al espectador en relación con sensaciones, ideas, etc…cosas del mundo, que a mí me resultan interesantes pero, claro que no se puede controlar, ni se puede saber qué es lo que al otro le genera o qué siente. Y eso esta buenísimo.
http://www.julietabarderi.com.ar/
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