"El Tiempo Que Compartimos"
19 julio 2016Ignacio Sánchez Mestre ganó la residencia de Bienal para el Kunstenfestival Des Arts y nos narró su experiencia en Bruselas
Ignacio Sánchez Mestre ganó la residencia de Bienal para el Kunstenfestival Des Arts y nos narró su experiencia en Bruselas:
Llegué a Bruselas dos días antes de que comience mi residencia y tuve tiempo de entender un poco cómo era la ciudad. El primer día del Res & Ref, quedé con Isabel, una directora mexicana en ir juntos en bici siguiendo el mapa que nos habían entregado. Por supuesto, nos perdimos y llegamos tarde, dejando en claro nuestras nacionalidades, pero todos nos hicieron sentir cómodos. Quizás no entendieron por qué saludamos con un beso, pero después de unos días se acostumbraron. Éramos diez directores de distintas partes del mundo que teníamos como tarea compartir tiempo (diez días), algunas de nuestras experiencias y también ver obras juntos, para luego debatirlas entre nosotros y/o con los creadores. No todos hacíamos teatro, de hecho, yo era uno de los pocos. El Kunsten no es específicamente un festival de teatro, quizás las obras que se presentan pueden ser de danza, performáticas o un poquito inclasificables, pero todas muy particulares, con mucha producción y entre ellas, de vez en cuando aparece alguna a la que uno puede ponerle el rótulo de teatro. Veíamos más de 3 obras por día y también teníamos charlas con directores y gente del festival. Eso, sumado a nuestras propias presentaciones. Digamos que quizás fue mucha información, de la buena, pero mucha. Empezamos siendo 10 participantes y terminamos siendo 7. Un japonés nos abandonó porque no se había imaginado semejante intensidad, un libanés tuvo que dejarnos por unas funciones programadas de una de sus obras y el único belga participante tuvo una especie de brote psicótico mientras otro compañero hacía su presentación. Después de llevarlo al hospital y de conseguir que gente cercana se ocupe, nos llevaron a ver una obra de Miet Warlop que recuerdo como una de mis preferidas, aunque cada vez que la nombro se me viene a la mente la secuencia hospital y entonces todo toma un color particular. Aunque suene un poco guionada la anécdota, todo en el Kunsten fue así de intenso. Fue ver muchas obras distintas, algunas buenísimas, otras inentendibles, escuchar mucha gente que hace cosas hermosas y convivir con personas muy interesantes y también intensas. A la mitad de la residencia nos dimos cuenta de que no teníamos tiempo de conocer la ciudad, arrancábamos a las 10 de la mañana y terminábamos cerca de la 1 o 2 de la mañana. Lo que sí conocimos fueron todos los teatros y centros culturales de la ciudad que eran buenísimos. Hacia el final, pudimos dar una devolución sobre la residencia, poniendo de manifiesto todo lo positivo y también pensando juntos de qué manera se puede disfrutar o programar algo así en el marco de un festival tan grande. Tengo el recuerdo de llegar y querer salir corriendo, de sentir que todo era demasiado, de no entender qué hacía yo ahí. Con el paso del tiempo, con mi inglés más suelto y un poco más relajado le encontré la vuelta al viaje. Conocí gente increíble, desde nuestra coordinadora y su asistente, el director del Kunsten y todos los participantes, creo que el hecho de compartir tiempo con todos ellos es lo logró que la residencia sea una experiencia humana muy enriquecedora. Todos los años el Kunsten tiene un slogan, una frase que se ve en afiches que empapelan toda la ciudad, este año el slogan era THE TIME WE SHARE. Creo que no se equivocaron.