Entrevista con Rodolfo Marqués
15 agosto 2015Hablamos con Rodolfo Marqués acerca de su Proyecto a Desarrollar en Artes Visuales, 'La evolución de las costumbres'.
Nos reunimos con Rodolfo Marqués en el taller en el que se encuentra creando 'La evolución de las costumbres', para que nos cuente un poco del proceso. Nos encontramos con una persona brillante, de mirada inquieta y vocabulario muy preciso, que disfruta construir cosas con sus propias manos. Apenas empezamos la charla las palabras brotan, para explicar el qué, el por qué y el cómo de esta obra.
"Se trata de generar una máquina que genere sonidos -eventos analógicos-, y esa generación de eventos aleatorios va a ser decidida por una plaqueta, es decir de manera digital. La máquina sirve para demostrar el evento analógico, físico. Es como un órgano de tubo: está compuesta por maderas facetadas, y voy a hacer pasar aire por ahí. Cuando dé la señal, la secuencia que se genere de manera digital va a producir un evento, que va a ser un sonido."
- ¿Cómo se originó el proyecto?
“Empieza por un interés, una intriga sobre cómo se genera un evento aleatorio digital. Ante la imposibilidad de generar algo que no sea predecible en el sistema digital, la obra estaría demostrando cómo una máquina o un pensamiento digital puede ser aleatorio”.
Este objetivo lo llevó a buscar una manera de alimentar a la máquina con información para procesar. Para mantenerse en el entorno digital, Rodolfo decidió usar todas las ondas electromagnéticas que están rebotando y viajando en el ambiente. “Convivimos con un montón de ondas, pero el hombre no puede percibirlas. La realidad es que sólo las máquinas pueden captar esas ondas; ordenarlas y transmitirlas. Esa manera de percibir las ondas sería el lenguaje propio de las plaquetas. Es decir hay una información aleatoria que no es controlable y predecible por el humano que es el usuario de las máquinas. La máquina-antena lo que va a hacer es tomar estas ondas y traducirlo a una secuencia.”
- ¿Y cómo es la máquina en lo concreto? ¿Qué es lo que veremos cuando la tengamos en frente?
"Es un objeto arquitectónico, escultórico, con una función. Una especie de columna revestida con parantes metálicos. Va a ser el soporte de los diferentes motores, de los diferentes órganos de tubo, las plaquetas, el botón y las distribuciones a través de unos sistemas de engranajes y de unos sifones de soda, con los que voy a disparar el aire. Lo que hago es combinar distintos objetos cotidianos. Estoy construyendo todo de manera propia, en el taller, y le voy a dar una identidad estética; la máquina en sí va a tener la estética de su funcionamiento. Las secuencias que se generen de manera aleatoria le dan personalidad a la máquina. Digo personalidad porque la máquina es la que va a distribuir el movimiento de estos sifones que van a disparar el aire para accionar cada uno de los tubos, siguiendo una secuencia propia de cada motor. La secuencia es una plaqueta programable para cada motor, que lo que hace es dar un tiempo y una velocidad diferente en cada caso. Entonces cambiando las posiciones de las plaquetas, uno puede decir que está cambiando la personalidad de cada motor y de cada serie de tubos.”
- ¿Qué ventajas implica para tu proyecto el haber sido seleccionado en la Bienal?
“Es importante, me permite trabajar en una escala diferente, poder contar con materiales que son caros. Puedo complejizar la propuesta de la máquina a partir del incentivo del presupuesto. Había podido desarrollar bocetos, pero sólo puedo llevarlos a cabo ahora gracias al aporte de la Bienal.”
- ¿Cómo es la relación entre el público y tu proyecto?
“La obra en sí va a suceder con un simple comando que es un botón. De alguna manera la persona puede decidir cuando la máquina empieza a generar secuencias. El espectador puede accionar la máquina, aunque la máquina podría estar programada para ser independiente. Con el botón le estoy dando un grado de control al hombre sobre la máquina.”
- ¿Cuál es la inquietud de fondo que te llevó a encarar este proyecto?
“Las máquinas tienen una manera de trabajar y pensar que no va a ser comprendida por los humanos. Esto no nos tiene que dar miedo, sino que tenemos que sentir que son otras formas de vida, como por ejemplo las bacterias, con las cuales tenemos que convivir.”
Para Rodolfo, transmitir esta idea a través de la experiencia artística es el desafío. Los resultados se podrán ver muy pronto, en el marco del Festival de la Bienal. Ahora sólo queda esperar.
¡Gracias Rodolfo!